No hay texto neutral porque todo
texto es contexto. Toda escritura es lenguaje y el lenguaje es siempre
respuesta a preguntas; preguntas que viven en el espacio histórico en el que el
lenguaje alienta.
Emilio Lledó
La Filosofía y la Historia del Pensamiento me
atraen como un imán, ya os vais dando cuenta, supongo. Hasta la fecha os he
hablado siempre de pensadores que ya no están entre nosotros, pero hoy voy a
hablaros de alguien que tenemos la suerte de disfrutar aún entre nosotros y que
todavía sigue proporcionándonos sus enseñanzas.
Hablo de Emilio Lledó, filósofo, profesor y
miembro de la Real Academia Española, una de las voces sabias que aún le quedan
a este país. Él es esa toma de tierra necesaria para que no terminemos en un tremendo
despropósito. Alguien a quien me habría gustado tener como profesor y disfrutar de cerca. Cuenta la leyenda que hay alumnos que le han seguido allá donde estuviese dando clase solo por el placer de seguir aprendiendo a su lado, por algo será.
Hace unos días me encontré de nuevo con él en la entrevista que El Diario de Avisos le hizo el 22 de noviembre donde volvía a hablar de lo importante que es el
Pensamiento y la Libertad de Pensamiento:
“Creo que no estamos tanto ante una crisis económica, sino en una crisis de la mente, de nuestra forma de entender el mundo. La crisis más real -con independencia de los problemas económicos, que son muy reales- es la crisis de la inteligencia. No estamos solo ante una corrupción de las cosas, sino ante una corrupción de la mente. A mí me llama la atención que siempre se habla, y con razón, de libertad de expresión. Es obvio que hay que tener eso, pero lo que hay que tener, principal y primariamente, es libertad de pensamiento. ¿Qué me importa a mí la libertad de expresión si no digo más que imbecilidades? ¿Para qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser libre intelectualmente? También ocurre que uno intenta pensar y escribe cuatro especulaciones y no puede hacer nada. Piensas pero no tienes poder. De ahí el poder de la política”.
Incuestionable. Certero. Apuntando a dar.
Podría ponerme a diseccionar este párrafo pero
prefiero que saquéis vuestras propias conclusiones. Hay ejemplos a punta pala a
nuestro alrededor, cuestionad la actualidad, tenemos el campo sembrao’ de “imbecilidades”,
elegid una.
También nos previene de ese uso perverso del
lenguaje que deviene en un deterioro de la mente de consecuencias fatales y del
que prácticamente no somos conscientes. Volvemos de nuevo a Wittgenstein: “los límites del lenguaje son los límites de mi mundo”
En Lledó el lenguaje ha sido eje central de sus
estudios como elemento esencial para el pensamiento. En “El surco del tiempo” desarrolló
el tema del lenguaje y su potencial, el uso de la palabra, la función de la
escritura. Un libro y unas reflexiones preciosas para quiénes mimamos las
palabras como vía para abonar los pensamientos.
“Las palabras escritas solo crecen en aquel que traza con ellas nuevos senderos, que engarza nuevas ideas, que las siembra en otros”
Pero sin lugar a dudas lo que me reafirma en mi
admiración hacia él es esa apología del idealismo que hace al cierre de la
entrevista y que ha defendido siempre frente a ese enorme pragmatismo que nos
rodea en el que todo se instrumentaliza.
-¿Confía en que en el futuro seremos menos pragmáticos?
“Yo creo que sí. Si no sería la muerte. Tenemos que dejar esa herencia de idealismo”.
A mí me ayuda saber que no estoy sola en eso,
me aferro a su afirmación como a una tabla en medio del océano porque el
pragmatismo a mí me duele y a la postre no sirve. Qué paradoja ¿no?
Haceos un regalo a vosotros mismos, parad unos minutos y
escuchadle.
Nos queda tanto por aprender y como él dijo en cierta ocasión a Juan Cruz
“entender da mucha marcha”
Leedle también ;)
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