Cabecera

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

domingo, 29 de diciembre de 2013

Seda


Ver a alguien leyendo un libro que me gusta 
es ver a un libro recomendándome una persona.


No tengo ni idea de quién es la frase que hoy encabeza estas letras, la leí hace poco en Facebook y, al parecer, por lo que he podido averiguar, comenzó circulando por Twitter. Imagino que de alguien debió partir pero yo no he conseguido dar con su autor. 

El caso es que la suscribo plenamente porque en mi caso es cierta. El hecho de ver leyendo a alguien atrae, ya sabéis: “Reading is sexy” (: …si además está leyendo algo que en su momento nos gustó y nos conmovió hace intuir que al menos un intercambio de pareceres interesante puede llegarse a dar y eso, a priori, motiva. 

Y ya si el libro es de los que dejan huella y vuelves a él una y otra vez la atracción hacia ese lector es irresistible.

¿Seré una sapiosexual? …ay, dios mío ….qué sinvivir

Dentro de poco hará un año de InicioyEnter y en todo este tiempo han desfilado muchos libros y muchos autores por este rincón, cada uno con su personalidad, temática, especial enfoque y lenguaje, que por diferentes motivos ya forman parte de mi historia. Todo estas obras que hasta ahora voy mostrando han hecho por mí más que todos los años de Universidad juntos. Creo que no exagero. Además soy de las que releo y vuelvo una vez y otra sobre los libros que me gustan, me da gustito y me deleita buscar párrafos especiales o escenas que me impactaron por algo.

Hace algún tiempo, estando yo en casa una tarde de sábado, recibí una llamada de una amiga “Estoy en la  Fnac  buscando un libro pero no me decido por ninguno. Quiero algo que me enganche que no pueda dejarlo que me emocione y me atrape”, me dijo. “¡Ayúdame!”, me suplicó.

Seda,  le contesté.

Conociéndola y habiéndome yo leído el libro con auténtico deleite sabía que el éxito estaba asegurado, como así fue. A la mañana siguiente me llamó emocionada, se lo había leído del tirón, sin pestañear, robándole horas al sueño, y así me lo hizo saber. Me alegró muchísimo mi acierto y fue muy gratificante toda la conversación que a propósito de Seda mantuvimos después.

Seda, la novela que dio a conocer mundialmente a Alessandro Baricco   es una joya que hay que descubrir. 

Baricco contrapone en sus páginas la cultura oriental y la occidentalLa estética con la que se presenta el libro, la sutileza de la narración y  el gusto por el detalle se apoderan de la trama para convertirse en una razón en sí mismo. 

Después de esto poco queda decir más que lo aconsejable es sumergirse en sus hojas y dejarse llevar a ese viaje de Hervé Joncour y dejarse traspasar por mil y una sensaciones. Casi como en un sueño en el que todo cobra unas dimensiones desconcertantes.

El propio Baricco dijo de su libro:

Todas las historias tienen una música propia. Ésta tiene una música blanca. Es importante decirlo porque la música blanca es una música extraña, a veces te desconcierta: se ejecuta suavemente y se baila lentamente. Cuando la ejecutan bien es como oír el silencio y a los que la bailan estupendamente se les mira y parecen inamovibles. La música blanca es rematadamente difícil.

Con su música blanca y con ese ritmo que sale de sus párrafos sin remedio quedamos atrapados por una bellísima historia.





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