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"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

martes, 4 de junio de 2013

Me aburre el tiempo



“La vida, tal como la vivimos, no es un momento de tregua”.
Marguerite Yourcenar


Me aburre el tiempo. En realidad me aburre cualquier conversación que tenga el tiempo como epicentro en cualquiera de sus facetas porque pocas veces resulta una conversación atractiva. Pudiendo plantearse de forma estimulante, la mayoría de las veces desmoraliza y el tema acaba siendo muy cenizo y con todos sus participantes hundidos en la miseria.

Qué os voy a decir si de lo que se trata es de comentar el tiempo que hace como recurso fácil en el ascensor. Gran momento “depresive” que podría ser materia de estudio antropológico, lo mismo ya alguien se ha puesto a ello. Ahí la sucesión de tópicos y lugares comunes es de manual. Confieso que alguna vez me he arrancado a hablar del tiempo en un ascensor con la perversa intención de ver hacia dónde derivaba el diálogo.  Alguna vez ha merecido la pena ;) Ahora, que se lleva mucho eso del lift speech, resumir en cuatro líneas tu empresa para venderla si por casualidad te encuentras en el ascensor a ese influyente que te cambiará la vida para siempre, yo me llevaría la palma y sería el próximo “hombre del tiempo”, seguro.

Pero si la conversación tiene por objeto el paso del tiempo y sus consecuencias fatales ya es para cortarse las venas con lo que tengas más a mano. Nunca encuentras unos planteamientos vitales que motiven y empujen a seguir adelante a pesar de que el final ya sepamos todos cuál es. Triunfa el pesimismo, la resignación, el dejarse rodar cuesta abajo es la tendencia.

Vale, miento, nunca no, casi nunca.
Hay veces que te topas con alguien que sabe muy bien a qué está jugando, que lleva una vida bien vivida y que lo transmite. En estos casos la conversación se torna bastante más interesante e instructiva, el tiempo es la anécdota. Suelen ser personas con un bagaje importante, poco apegadas a nada y muy generosas. Por lo general son gente sin prejuicios, que juzgan poco a los demás, que no se paran a lamerse las heridas, no hay tiempo, que dejan fluir los días sin dejar que se escapen y que sin pretenderlo se convierten en un referente



Desde hace años vengo escuchando qué es lo correcto o no a cada edad. En un principio, por falta de referencias, esos planteamientos los asumía a pies juntillas y me iba mal, hasta que caí en la cuenta que buscan uniformizar, perpetuar unos procesos y unos prejuicios que en la mayoría de los casos generan mucha infelicidad y mucha angustia, van en contra de la propia naturaleza humana.

Pero si no me gusta abonar este tipo de pensamiento en las conversaciones en las que participo y siempre que puedo procuro darles la vuelta (con poco éxito, la verdad), sí me gusta el estudio del tiempo como concepto y leer lo que otros opinan al respecto. Y ahí tenemos mi recomendación de hoy,  Marguerite Yourcenar,  magnífica escritora, erudita y autora de uno de mis libros más releídos: Opus Nigrum. Gran parte de su obra gira entorno al tiempo como clave de nuestro comportamiento y de nuestra percepción, de lo particular a lo general. En la recopilación de ensayos  El tiempo gran escultor  se pone de manifiesto esta preocupación suya “No hay ni pasado ni futuro, tan sólo una serie de presentes sucesivos, un camino perpetuamente destruido y continuado por el que avanzamos todos”.    

Estupendo libro para quien le apetezca reflexionar sobre el paso del tiempo y su huella en el hombre.

El tiempo es relativo ya nos lo dijo Einstein. En nuestras carnes lo sentimos, hay días que parecen no acabar nunca y otros que se van en un suspiro cuando deberían ser eternos. Pero, según afirman los físicos G. FitzGerald y H. Lorenzt, para los objetos en movimiento el tiempo transcurre más lentamente. 

Mantengámonos pues en movimiento… que este post ya se acabó y como dice Pink Floyd pensé que diría algo más ;)


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