Porque sólo se necesita saber llorar o llorar para vivir,
y luego remontar la cuesta desnudos,
y el pozo o la sombra,
y porque el viento juega a favor de los que aman y escuchan
Princesa Inca
Estaba yo dándole forma a un texto para ofrecéroslo hoy con
un tema candente y en boca de todos y de repente, hace unas horas, desde una
estantería, como una aparición, como por casualidad, se ha cruzado en mi vida
Princesa Inca y no he podido seguir pensando en lo que os iba a contar. Ya
habrá días.
Abrir el libro, detenerse el mundo y abstraerme ha sido todo
uno.
Puede que a mis amigos lectores hoy les cueste seguirme, o tal
vez no, quizá se rebelen ante lo aquí expuesto.
Ellas no, ellas estoy segura
de que me seguirán desde la primera frase que abre el post porque lo que
traigo es esencia femenina, intangible y misteriosa en forma de versos.
Eso que
nos diferencia y que en definitiva nos complementa.
Una manera de estar en la
vida que comienza en la epidermis y se traduce en el pensamiento hoy la he encontrado en “Crujido” el último
libro de Princesa Inca.
Esa fascinación que de repente he sentido puede que venga
del desgarro que hay en sus poemas o de ese jugueteo con la locura que atrae
como un abismo. Aunque yo no soy muy dada a dejarme arrastrar hacia la
desesperación entiendo muy bien ese sentir y esa fragilidad que transmite, la
vulnerabilidad con que se enfrenta al mundo y que paradójicamente la empuja a
seguir.
Os dejo un enlace donde se hace una magnifica reflexión
sobre el libro y donde (inevitable) se menciona como referencias a otras poetas
anteriores como Sexton o Pizarnik. Yo me dirigiría también hacia la prosa y la
poesía de Clarice Lispector, algo que solo puede dar una mujer, en ella nada es
banal, todo nos interpela y nos habla. Lispector fue la maestra, nos
mostró el camino hacia nuestra libertad.
Que nada es trivial nosotras eso lo sabemos bien. Cada detalle
cuenta. Cada segundo cuenta.
Y las que saben contarlo lo cuentan desde su
voz de mujer…
que felicidad desnuda bajo la lluvia
reconozco la inmensidad de lo que huye,
el tiempo, la vida, yo misma...
recuerdo un olor, un parque, una saliva,
una noche dedicada a secuestrar el miedo
e imaginar un prado donde llenarse de humedad
y romper la boca dentada de la muertePrincesa Inca
Que el mundo puede llegar a ser muy hostil eso lo experimentamos
todos: hombres y mujeres. Todos nos sentimos amenazados en algún momento pero la
violencia contra las mujeres, en especial contra las niñas, es tangible y sigue
dándose demasiado a menudo por todo el mundo como para ignorarlo, no son sucesos aislados. Puede
que de ahí nos venga la sensación real o irreal de desprotección. Y perdonad si
encontráis brusco este giro en la exposición pero, para mí, forma parte de un
todo cuando se habla en femenino.
Desde hace días hay una imagen que me sigue y me atormenta y
es la de esa niña que encontraron hace poco vagando por las calles con la boca
cosida con hilo de pescar y marcada por mil torturas.
Mientras unas se sienten violentadas a diario, por un
comentario, por una mirada, hay quien realmente sufre en su carne lo que es la
violencia por el hecho de nacer mujer. Una y otra situación no son comparables
pero el germen es el mismo: la ignorancia y el miedo.
La educación siempre la
educación.
Me estoy poniendo intensa, lo noto. Y no me engaño, sé que
esto que hoy digo es discutible y que la sensibilidad no es patrimonio
femenino, todos los días algún escritor, algún amigo, me lo demuestra.
Pero…
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