Cabecera

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

martes, 21 de mayo de 2013

Así de pequeña



Porque sólo se necesita saber llorar o llorar para vivir,
y luego remontar la cuesta desnudos,
y el pozo o la sombra,
y porque el viento juega a favor de los que aman y escuchan
Princesa Inca

Estaba yo dándole forma a un texto para ofrecéroslo hoy con un tema candente y en boca de todos y de repente, hace unas horas, desde una estantería, como una aparición, como por casualidad, se ha cruzado en mi vida  Princesa Inca  y no he podido seguir pensando en lo que os iba a contar. Ya habrá días. 

Abrir el libro, detenerse el mundo y abstraerme ha sido todo uno.


Puede que a mis amigos lectores hoy les cueste seguirme, o tal vez no, quizá se rebelen ante lo aquí expuesto. 

Ellas no, ellas estoy segura de que me seguirán desde la primera frase que abre el post porque lo que traigo es esencia femenina, intangible y misteriosa en forma de versos. 
Eso que nos diferencia y que en definitiva nos complementa. 
Una manera de estar en la vida que comienza en la epidermis y se traduce en el pensamiento  hoy la he encontrado en  “Crujido”  el último libro de Princesa Inca.

Esa fascinación que de repente he sentido puede que venga del desgarro que hay en sus poemas o de ese jugueteo con la locura que atrae como un abismo. Aunque yo no soy muy dada a dejarme arrastrar hacia la desesperación entiendo muy bien ese sentir y esa fragilidad que transmite, la vulnerabilidad con que se enfrenta al mundo y que paradójicamente la empuja a seguir. 

Os dejo un enlace donde se hace una magnifica reflexión sobre el libro y donde (inevitable) se menciona como referencias a otras poetas anteriores como Sexton o Pizarnik. Yo me dirigiría también hacia la prosa y la poesía de Clarice Lispector, algo que solo puede dar una  mujer, en ella nada es banal, todo nos interpela y nos habla. Lispector fue la maestra, nos mostró el camino hacia nuestra libertad.

Que nada es trivial nosotras eso lo sabemos bien. Cada detalle cuenta. Cada segundo cuenta. 

Y las que saben contarlo lo cuentan desde su voz de mujer…


que felicidad desnuda bajo la lluvia
reconozco la inmensidad de lo que huye,
el tiempo, la vida, yo misma...

recuerdo un olor, un parque, una saliva,
una noche dedicada a secuestrar el miedo
e imaginar un prado donde llenarse de humedad
y romper la boca dentada de la muerte
Princesa Inca



Que el mundo puede llegar a ser muy hostil eso lo experimentamos todos: hombres y mujeres. Todos nos sentimos amenazados en algún momento pero la violencia contra las mujeres, en especial contra las niñas, es tangible y sigue dándose demasiado a menudo por todo el mundo como para ignorarlo, no son sucesos aislados. Puede que de ahí nos venga la sensación real o irreal de desprotección. Y perdonad si encontráis brusco este giro en la exposición pero, para mí, forma parte de un todo cuando se habla en femenino

Desde hace días hay una imagen que me sigue y me atormenta y es la de esa niña que encontraron hace poco vagando por las calles con la boca cosida con hilo de pescar y marcada por mil torturas. 

Mientras unas se sienten violentadas a diario, por un comentario, por una mirada, hay quien realmente sufre en su carne lo que es la violencia por el hecho de nacer mujer. Una y otra situación no son comparables pero el germen es el mismo: la ignorancia y el miedo

La educación siempre la educación.

Me estoy poniendo intensa, lo noto. Y no me engaño, sé que esto que hoy digo es discutible y que la sensibilidad no es patrimonio femenino, todos los días algún escritor, algún amigo, me lo demuestra.  

Pero…






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