Cabecera

"No hay barrera, cerradura, ni cerrojo
que puedas imponer a la libertad de mi mente"

Virginia Woolf

domingo, 29 de diciembre de 2013

Seda


Ver a alguien leyendo un libro que me gusta 
es ver a un libro recomendándome una persona.


No tengo ni idea de quién es la frase que hoy encabeza estas letras, la leí hace poco en Facebook y, al parecer, por lo que he podido averiguar, comenzó circulando por Twitter. Imagino que de alguien debió partir pero yo no he conseguido dar con su autor. 

El caso es que la suscribo plenamente porque en mi caso es cierta. El hecho de ver leyendo a alguien atrae, ya sabéis: “Reading is sexy” (: …si además está leyendo algo que en su momento nos gustó y nos conmovió hace intuir que al menos un intercambio de pareceres interesante puede llegarse a dar y eso, a priori, motiva. 

Y ya si el libro es de los que dejan huella y vuelves a él una y otra vez la atracción hacia ese lector es irresistible.

¿Seré una sapiosexual? …ay, dios mío ….qué sinvivir

Dentro de poco hará un año de InicioyEnter y en todo este tiempo han desfilado muchos libros y muchos autores por este rincón, cada uno con su personalidad, temática, especial enfoque y lenguaje, que por diferentes motivos ya forman parte de mi historia. Todo estas obras que hasta ahora voy mostrando han hecho por mí más que todos los años de Universidad juntos. Creo que no exagero. Además soy de las que releo y vuelvo una vez y otra sobre los libros que me gustan, me da gustito y me deleita buscar párrafos especiales o escenas que me impactaron por algo.

Hace algún tiempo, estando yo en casa una tarde de sábado, recibí una llamada de una amiga “Estoy en la  Fnac  buscando un libro pero no me decido por ninguno. Quiero algo que me enganche que no pueda dejarlo que me emocione y me atrape”, me dijo. “¡Ayúdame!”, me suplicó.

Seda,  le contesté.

Conociéndola y habiéndome yo leído el libro con auténtico deleite sabía que el éxito estaba asegurado, como así fue. A la mañana siguiente me llamó emocionada, se lo había leído del tirón, sin pestañear, robándole horas al sueño, y así me lo hizo saber. Me alegró muchísimo mi acierto y fue muy gratificante toda la conversación que a propósito de Seda mantuvimos después.

Seda, la novela que dio a conocer mundialmente a Alessandro Baricco   es una joya que hay que descubrir. 

Baricco contrapone en sus páginas la cultura oriental y la occidentalLa estética con la que se presenta el libro, la sutileza de la narración y  el gusto por el detalle se apoderan de la trama para convertirse en una razón en sí mismo. 

Después de esto poco queda decir más que lo aconsejable es sumergirse en sus hojas y dejarse llevar a ese viaje de Hervé Joncour y dejarse traspasar por mil y una sensaciones. Casi como en un sueño en el que todo cobra unas dimensiones desconcertantes.

El propio Baricco dijo de su libro:

Todas las historias tienen una música propia. Ésta tiene una música blanca. Es importante decirlo porque la música blanca es una música extraña, a veces te desconcierta: se ejecuta suavemente y se baila lentamente. Cuando la ejecutan bien es como oír el silencio y a los que la bailan estupendamente se les mira y parecen inamovibles. La música blanca es rematadamente difícil.

Con su música blanca y con ese ritmo que sale de sus párrafos sin remedio quedamos atrapados por una bellísima historia.





domingo, 22 de diciembre de 2013

GRANDE Wyoming





La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. 

Karl Marx


Este post que vais a leer está escrito desde la admiración más profunda hacia alguien que ha tenido el valor de escribir un libro desde el desprecio más absoluto y gracias a ello poner un espejo delante de ese ser humano llamado español para que nos veamos tal cual somos y tal cual nos comportamos, atreviéndose a decir lo que todos pensamos pero que muy pocos manifestamos.

El Gran Wyoming 
siempre ha sido para mí un referente y mi admiración se remonta a varios lustros atrás cuando iba a verle con mi novio al  Café del Mercado  en el show que tenía junto con el Reverendo. Siempre que había actuación suya quería estar allí, lo que no siempre era bien aceptado por la otra parte. Puede que esa apetencia por verle actuar se debiera, como dice él mismo, a todo lo que se atrevía a decir sobre un escenario en una época en la que nadie decía algo “con sustancia” y la mojigatería era moneda de cambio.

Al Reverendo me lo encontraba con cierta frecuencia en el Cañí, un bar que regentaba un amigo en la calle Santiago, y con él llegué a compartir buenos momentos de conversación. Para mi desgracia nunca coincidí en el bar las veces que Wyoming le acompañó.

Luego les perdí de vista a todos, al bar, al Reverendo, a Wyoming, al novio… 
Más tarde Wyoming comenzó a aparecer con mayor asiduidad por televisión hasta desembocar en Caiga Quien Caiga y lo recuperé como referente y como revulsivo contra la hipocresía imperante.

Ni que decir tiene que ahora con  El Intermedio  me tiene completamente entregada. Él continuamente le quita peso a su participación en el programa y siempre hace recaer todo el éxito (o fracaso) en los guionistas, no digo que no lo tengan, pero es completamente obvio que el programa es él. La prueba está que cuando no tiene un guion delante sigue siendo el mismo o mejor.

Un ejemplo, su visita a los trabajadores de Roca:




Ahora en su libro  No estamos locos  hace una análisis de nuestra grave situación actual y  para ello, primero, se retrotrae algunos años en nuestra Historia para que entendamos que de aquellos barros vienen estos lodos. Lo hace a su manera y de forma magistral, incisiva, con humor e ironía, trazando de este modo una realidad a la que no queda otra que asentir y decir: “lo has clavado”. Esta situación que ahora mismo vivimos “esta especie de castigo divino” como dice Santiago Auseron en el artículo recién publicado en Jot Down. Una pesadilla de la que parece que no vamos a despertar nunca, digo yo.

Ahora afirma:
“Soy sensible a la injusticia, no me deja vivir”

Cómo no admirarle.

Se atreve a llamar a las cosas por su nombre y a señalar con el dedo a tanta mala gente que nos rodea y que vive en la más absoluta impunidad.

“El FMI no ha hecho más que sembrar desgracias en todo el planeta”

“Si tenemos alguna deuda que nos la expliquen y a santo de qué debemos ese dinero”



En el relato de su nacimiento político afirma: 

“El mundo lo dividí en dos: los que tienen la decencia para entender lo que pasa y los que tienen la indecencia para mirar para otro lado”.

Siempre tuvo muy claro del lado en el que estaba y que aquí no va a cambiar nada si nosotros mismos no lo hacemos cambiar.

“La gente se esconde y no quiere hablar. Yo no, yo quiero llevar una vida tranquila y honesta, por eso hablo y digo lo que no me gusta”

Chapeau!

La pena es que no hay quien le convenza de que es a alguien como él a quien necesitamos, alguien con una gran lucidez para entender lo que pasa y que sea capaz de aglutinar en su persona a tantos descontentos a quienes las soluciones convencionales ya no nos dicen nada. Necesitamos innovar, hacer las cosas de otra forma, pensarlas de otra forma. Comenzar de cero.

Sé que si lee esto (espero que lo haga) ahora mismo estará con esa sonrisa suya. Pues ya aprovecho para darle las gracias por este libro y decirle que le necesitamos, que no nos deje, que si no quiere estar en el centro mismo del huracán que no lo esté, que no se meta en política, pero que siga tangencialmente azotando conciencias.

Como diría Antonio Vega: “Ahora tú no dejes de hablar"

Gabilondo entrevista a Wyoming, merece la pena parar para ver esto:






domingo, 15 de diciembre de 2013

Afrodisiaca

Su aliento es como miel aromatizada con clavo de olor; su boca, deliciosa como mango maduro. Besar su piel es como probar el loto. La cavidad de su ombligo oculta acopio de especias. Qué placeres yacen después, la lengua lo sabe, pero no puede decirlo. 
Srngarakarika, Kumaradadatta (siglo XII)


Quiero hacer hoy una confesión :( 

Hubo un tiempo en el que esperaba con impaciencia cualquier publicación de Isabel Allende.  Su primer libro “La casa de los espíritus” me impactó de tal manera que su estela continuó durante varios años. Esa prosa casi poesía digna heredera de García Márquez, esos escenarios que dibujaba, los personajes, sus vivencias, todo me fascinaba. Pero un día, de repente, no sé si por hartazgo o por sobreexposición, cayó en desgracia y mi veneración se volatilizó. No diré que me pusiera a la contra, pero ya era un sí, pero no.


Hasta que un buen día llegó la reconciliación cuando publicó  Afrodita,  un precioso libro donde la autora, aúna a Eros con la cocina para exaltar los sentidos. Todo un tratado sobre la tentación y el deseo unido a la sensualidad que los afrodisiacos despiertan en nuestros sentidos. Ya sabemos que comida y sexo van estrechamente ligados y que ha habido mucho arte dedicado a recordárnoslo. En este caso es indudable la gracia, el humor, el buen gusto, con los que Isabel Allende nos habla del tema. Como es lógico los sentidos del gusto y el olfato tienen un extenso tratamiento al ser los actores principales entre pucheros.


A lo largo del libro nos presenta todo tipo de especias, hierbas, salsas, bebedizos (en realidad ella habla de sopas y caldos pero al tratarse de recomendaciones afrodisiacas me gusta más llamarlos así) carnes, pescados, que tratados con sabiduría y tacto resultan altamente eróticos.

Mención especial al vino “maravilloso brebaje que tiene el poder de alejar las preocupaciones y darnos, aunque sea un instante, la visión del Paraíso”

Increíblemente bien documentada hace un recorrido por la Historia y por los autores que de algún modo han dedicado un poco de tiempo al tema. Os dejo aquí la carta que incluye al comienzo del apartado dedicado al Erotismo y que se la escribió Anaïs Nin al cliente anónimo que les pagaba a ella y a Henry Miller por escribir cuentos eróticos y, como dice Isabel Allende, en la que queda constancia de la esencia misma del erotismo:

Querido Coleccionista: Le odiamos. El sexo pierde todo su poder y su magia cuando es explícito, rutinario, exagerado, cuando es una obsesión mecánica. Se convierte en un fastidio. Usted nos ha enseñado más que nadie sobre el error de no mezclar el sexo con emociones, apetitos, deseos, lujuria, fantasías, caprichos, vínculos personales, relaciones profundas que cambian su color, sabor, ritmo, intensidad. 
No sabe lo que se pierde por su observación microscópica de la actividad sexual, excluyendo los aspectos que son el combustible que la enciende: intelectuales, imaginativos, románticos, emocionales. Esto es lo que le da al sexo su sorprendente textura, sus transformaciones sutiles, sus elementos afrodisiacos. Usted reduce su mundo de sensaciones, lo marchita, lo mata de hambre, lo desangra. 
Si nutriera su vida sexual con toda la excitación y aventura que el amor inyecta a la sensualidad, sería el hombre más potente del mundo. La fuente del poder sexual es la curiosidad, la pasión. Usted está viendo su llamita extinguirse asfixiada. La monotonía es fatal para el sexo. Sin sentimientos, inventiva, disposición, no hay sorpresas en la cama. El sexo debe mezclarse con lágrimas, risa, palabras, promesas, escenas, celos, envidias, todos los componentes del miedo, viajes al extranjero, nuevos rostros, novelas, historias, sueños, fantasías, música, danza, opio, vino. 
¿Sabe cuánto pierde por tener ese periscopio en la punta de su sexo, cuando podría gozar un harén de maravillas distintas y novedosas? No hay dos cabellos iguales, pero usted no nos permite perder palabras en la descripción del cabello; tampoco dos olores, pero si nos expandimos en esto, usted chilla: ¡Sáltense la poesía! No hay dos pieles con la misma textura y jamás la luz, temperatura o sombras son las mismas, nunca los mismos gestos, pues un amante, cuando está excitado por el amor verdadero, puede recorrer la gama de siglos de ciencia amorosa. ¡Qué variedad, qué cambios de edad, qué variaciones en la madurez y en la inocencia, perversión y arte…! 
Nos hemos sentado durante horas preguntándonos cómo es usted. Si ha negado a sus sentidos seda, luz, color, olor, carácter, temperatura, debe estar ahora completamente marchito. Hay tantos sentidos menores fluyendo como afluentes al río del sexo, nutriéndolo. Solo la pulsación unánime del sexo y el corazón juntos puede crear el éxtasis.

Uffff … ahí queda eso

Y todo esto se lo escribe Anaïs Nin porque dicho señor les pedía que se dejasen de florituras y que fuesen al grano ya que el resto le sobraba. Pobre hombre.

Mi recomendación de este libro os va a dejar muy buen sabor de boca, seguro.

Bueno y todo esto porque hoy me he acordado de una anécdota que me contó una amiga y que me hace mucha gracia: Estando sentada en una terraza dos señoras cerca de ella, ya entraditas en años, se estaban contando una telenovela y en un momento dado una de ellas dijo: 

“Chica, me dejas afrodisiaca”


Ojalá que a todos nos dejaran afrodisiacos a diario pues en realidad no hay mejor afrodisiaco para ponernos a tono que tener cerca el objeto de deseo.


¿un café?



domingo, 8 de diciembre de 2013

Haciendo del sinvivir un arte

Bueno es ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivir con pasión. Perder con clase y vencer con osadía, 
porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho más para ser insignificante. 

Charles Chaplin



Hace unos días volví a ver  The Kid,  maravillosa película de  Charles Chaplin   en la que da rienda suelta a la creatividad, humor y ternura que le hicieron famoso y convirtieron en un referente mundial del humor y del cine. Película en la que además dejaba un trocito de sí mismo al estar basada en sus vivencias infantiles. Qué gran ejemplo de ser humano. Algún día volveremos sobre él y en especial sobre su película más valiente “El gran dictador”.


He estado cotilleando un poquito más en su figura y en su vida y a cada cosa que descubría en él no he visto más que un nuevo empuje, un  “¡ánimo que tú puedes!”.    Sin duda el mejor como antesala de lo que hoy os vengo a presentar, más aún si el proyecto que os presento tiene el humor como raíz y la vida como escenario.

Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso entonces, me consideraba el actor más grande del mundo. Sin la absoluta confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso

Ha llegado el momento. Casi un año nos ha llevado llegar a este día. Mucho que aprender. Mucho en lo que pensar. Mucho por hacer. Pero aquí lo tenéis.



Tengo la satisfacción enorme de presentaros  Elsinvivir o El arte del withoutliving  donde un equipo de “personas humanas” tocadas por un punto de locura y, sobre todo, de mucha ilusión,  nos proponemos dar la vuelta a todo y convertir el mal rollo diario en una sonrisa y un tirar pa’lante.

¿Cómo os lo diría?

Que venimos de unos cuantos reveses pero que cuanto más fuerte ha pegado la vida y más nos ha dolido, más fuerte nos hemos vuelto y más ganas nos han entrado de plantar cara y decir “hasta aquí hemos llegado”. Que nada ha sido fácil y que sabemos que de ninguna manera lo va a ser. Que todo es un  sinvivir  pero que nada nos va a quitar las ganas de reír. Que si no llega la paga, ni el trabajo, ni la ilusión en el trabajo, saldremos a buscarlo o nos lo inventaremos y de paso pondremos en ello todo lo que hemos aprendido por el camino.

Para ello contaremos con un sitio on line donde os ofreceremos muchas cosas y donde daremos cabida a todo tipo de inquietudes que nos cuestionen y nos motiven. Como buenos culo-inquietos de ninguna manera vamos a dejar que la vida pase por nosotros sino que seremos nosotros los que pasemos por la vida. 

Nos puede el nervio   ¡qué sinvivir!

Desde hoy mismo nos podéis encontrar en Facebook: El Sinvivir y Twitter @elsinvivircom. Aunque lo bueno, bueno, vendrá el próximo Viernes 13, ese día tendréis a vuestra disposición nuestra web www.elsinvivir.com para que la sintáis propia y la uséis a vuestro antojo. Nos ha parecido que no hay mejor momento para un “sinvivir” que este día tan señalado.

Ahí estaremos, dándolo todo y apostando solo a ganar.  A los coros, Nuria, Didi, Amalya y Gema. Guitarras y batería: Jose, Carlox, Rodrigo y Dímpel. Por último, una servidora, la voz cantante porque ya sabéis que soy muy loro (:






¿Te gusta nuestro tren? ¿Te subes?
Nos encantará oírte. 
Te esperamos muy pronto en www.elsinvivir.com



domingo, 1 de diciembre de 2013

Un idealista


No hay texto neutral porque todo texto es contexto. Toda escritura es lenguaje y el lenguaje es siempre respuesta a preguntas; preguntas que viven en el espacio histórico en el que el lenguaje alienta. 

Emilio Lledó



La Filosofía y la Historia del Pensamiento me atraen como un imán, ya os vais dando cuenta, supongo. Hasta la fecha os he hablado siempre de pensadores que ya no están entre nosotros, pero hoy voy a hablaros de alguien que tenemos la suerte de disfrutar aún entre nosotros y que todavía sigue proporcionándonos sus enseñanzas.

Hablo de  Emilio Lledó,  filósofo, profesor y miembro de la Real Academia Española, una de las voces sabias que aún le quedan a este país. Él es esa toma de tierra necesaria para que no terminemos en un tremendo despropósito. Alguien a quien me habría gustado tener como profesor y disfrutar de cerca. Cuenta la leyenda que hay alumnos que le han seguido allá donde estuviese dando clase solo por el placer de seguir aprendiendo a su lado, por algo será.

Hace unos días me encontré de nuevo con él en la entrevista que El Diario de Avisos le hizo el 22 de noviembre donde volvía a hablar de lo importante que es el Pensamiento y la    Libertad de Pensamiento:

“Creo que no estamos tanto ante una crisis económica, sino en una crisis de la mente, de nuestra forma de entender el mundo. La crisis más real -con independencia de los problemas económicos, que son muy reales- es la crisis de la inteligencia. No estamos solo ante una corrupción de las cosas, sino ante una corrupción de la mente. A mí me llama la atención que siempre se habla, y con razón, de libertad de expresión. Es obvio que hay que tener eso, pero lo que hay que tener, principal y primariamente, es libertad de pensamiento. ¿Qué me importa a mí la libertad de expresión si no digo más que imbecilidades? ¿Para qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser libre intelectualmente? También ocurre que uno intenta pensar y escribe cuatro especulaciones y no puede hacer nada. Piensas pero no tienes poder. De ahí el poder de la política”.

Incuestionable. Certero. Apuntando a dar.

Podría ponerme a diseccionar este párrafo pero prefiero que saquéis vuestras propias conclusiones. Hay ejemplos a punta pala a nuestro alrededor, cuestionad la actualidad, tenemos el campo sembrao’ de “imbecilidades”, elegid una.


También nos previene de ese uso perverso del lenguaje que deviene en un deterioro de la mente de consecuencias fatales y del que prácticamente no somos conscientes. Volvemos de nuevo a Wittgenstein: “los límites del lenguaje son los límites de mi mundo”


En Lledó el lenguaje ha sido eje central de sus estudios como elemento esencial para el pensamiento. En  “El surco del tiempo”  desarrolló el tema del lenguaje y su potencial, el uso de la palabra, la función de la escritura. Un libro y unas reflexiones preciosas para quiénes mimamos las palabras como vía para abonar los pensamientos.


“Las palabras escritas solo crecen en aquel que traza con ellas nuevos senderos, que engarza nuevas ideas, que las siembra en otros”

Pero sin lugar a dudas lo que me reafirma en mi admiración hacia él es esa apología del   idealismo  que hace al cierre de la entrevista y que ha defendido siempre frente a ese enorme  pragmatismo que nos rodea en el que todo se instrumentaliza.

-¿Confía en que en el futuro seremos menos pragmáticos?
“Yo creo que sí. Si no sería la muerte. Tenemos que dejar esa herencia de idealismo”.

A mí me ayuda saber que no estoy sola en eso, me aferro a su afirmación como a una tabla en medio del océano porque el pragmatismo a mí me duele y a la postre no sirve. Qué paradoja ¿no?


Haceos un regalo a vosotros mismos, parad unos minutos y escuchadle. 
Nos queda tanto por aprender y como él dijo en cierta ocasión a Juan Cruz 

“entender da mucha marcha”






Leedle también ;) 

domingo, 24 de noviembre de 2013

El beso en España

En España, bendita tierra, donde puso su trono el amor, solo en ella el beso encierra armonía, sentido y valor. 
La española cuando besa, es que besa de verdad, 
y a ninguna le interesa besar por frivolidad. 
A. Ortega y F. Moraleda






España ¡ay!  se me llena la boca de pronunciar este bendito nombre, de esta bendita tierra, donde todo es tan “nuestro” que hasta tenemos marca. Marca España, dicen. Y ya te digo si marca que hasta   el beso   viene con su denominación de origen y sus instrucciones de uso.

No es lo mismo, oiga Usted, que le bese una polaca, por poner un ejemplo, a que le bese una española que pondrá toda la carne en el asador. Nada que ver. Eso sí, si hay amor, que no estamos para malgastar fluidos y desde bien pequeñitas se nos aleccionaba a fuego que el caso contrario era de frescas. Pero claro, tú recibías el mensaje y luego veías a la Roy salir a cantarlo tan alegre ella y tan pidiendo guerra, guerra, guerra, que se producía un cortocircuito en tu interior difícil de explicar y las contradicciones que generaban eran dignas de diván y psicoanálisis por la vía de urgencia. Y a ellos ni te cuento, les quedaba clarísimo cómo habría de ser la madre de sus hijos pero en realidad quienes de verdad les gustaban eran esas suecas cabezas locas, llenas de risas y de ganas de vivir. Luego salían de paseo con la española de raza tan ¡Arriba, España!, tan wonderbra, no hay más que ver esos Playtex que me gastaban por la época, para luego, allá penas, volverse para su santa casa sin haber probado cacho y más calientes que el asfalto de Georgia. Carne de psicoanálisis también.

Menuda comedura de tarro (claro, de qué iba a ser) de unos y otras generaba tanta instrucción mariana y tanta salvaguarda del honor patrio.

Vale, no entraré en todas las connotaciones sociales y políticas que tiene el caso pues aunque parezca mentira las tiene y las seguimos arrastrando con sus consecuencias consecuentes de esta doble moral donde se mezclaba una educación represora con una libidinosa conciencia. Consecuencias sobre todo para la mujer y la imagen que se supone tiene que mostrar, aún hoy.

Sí me pararé en los peligros del beso, de ese beso como dios manda, claro está, si no cuál. 

Siento comunicar que no solo aquí se consideraba pecaminoso y la antesala del infierno. Nuestros vecinos continentales no se libraban tampoco de su poquito de represión. Imposible olvidar ese final de Cinema Paradiso  hecho con todos los trocitos de todos los besos robados por el cura a su parroquia.






¿Hay alguien capaz de no estremecerse al ver estas imágenes? Cierto es que  Ennio Morricone  hizo mucho porque no quedara títere con cabeza y no hubiera hijo de vecino que no llorara al verlo.

A lo que iba, no estaba de más que se previniera ante tan importante acontecimiento pues salir indemne de un encuentro así (con el tiempo nos dimos cuenta) puede resultar casi imposible. Alguien sale herido, seguro.

Os alertaré yo también para que levantéis cuantas barreras podáis.

Con un beso el intercambio de información es tan grande que ni el mejor ADSL puede competir con él. En apenas segundos sabemos qué compatibilidad tenemos con nuestro besador y el futuro que tiene ese contacto carnal. Aunque he de decir que el haberse besado con la mirada con anterioridad ya va dando alguna señal al respecto. Gabriela Mistral  lo sabe:

Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles, hay besos enigmáticos, sinceros, hay besos que se dan sólo las almas, hay besos por prohibidos, verdaderos.

Ahí lo tenéis, cuanto más prohibido más rico y más auténtico es, o lo parece, porque te la juegas a una carta, te pilla con la guardia bajada y consigue estallar en tu pecho como una bomba racimo e invadir cada recodo de tu persona. Y solo es un beso, imaginaros el resto. Bueno, mejor no, no vayáis a poneros mu’ malitos.

El beso siempre es un atrevimiento, una explosión, pura dinamita.

Y para mí que no tiene patria, ni padre, ni madre, ni reconoce a su abuela cuando el objetivo está identificado y las posiciones situadas como si no hubiera un mañana.

Y eso es todo lo que os quería decir hoy.


Cuidadito con un beso de esos.




domingo, 17 de noviembre de 2013

Casi, casi

Partiendo de la nada alcancé las más altas cimas de la miseria. 


Tenía yo una compañera en la Universidad que cuando alguien contestaba “casi” ella añadía “ahora falta el otro casi”, consiguiendo siempre un respetuoso silencio ante tan impepinable afirmación. Tenía razón, hasta que no se dé la última puntada, el último paso, nada puede darse por realizado.

Vale, venga, durante unos días hasta tener el otro casi peinadito y perfumado no os trasladaré mi sinvivir con el lanzamiento del nuevo proyecto, os dejaré tranquilos  …ya casi (:


Estos últimos días, al hilo de mi último post que hablaba de mieditis, entre paracetamoles y algún que otro insomnio me puse a  Wilco  y me dije, ahí está, todo un arte:





A veces no es que no demos el paso o nos acobardemos, a veces simplemente es que nos quedamos cortos, somos víctimas de la procrastinación (menudo palabro) y de casi tocar el cielo la cosa se queda a la altura del betún o de la Nada. Agua de borrajas. Dimos el paso pero…

En ocasiones eso no es lo peor, aún más grave es que retrocedamos y ahí nos atrincheremos que es lo que parece que quieren conseguir ahora nuestros políticos: retrotraernos a la miseria y la incultura de la que veníamos.


Tengo la sensación de que nos están llevando de vuelta a la calle Aribau de donde salió un día Andrea hacia su libertad.

¡Cuántos días sin importancia!

Así comenzaba el cuarto capítulo de  Nada  de Carmen Laforet  donde con una asombrosa lucidez para su edad dejó constancia de esa especie de enajenación colectiva que vivía España en la posguerra. Retrató un universo humano muy problemático, lleno de odios y tensiones que maceraba concentrado en su familia de la calle Aribau y que desembocaba en la nada.

¡Cuántos días inútiles! Días llenos de historias, demasiadas historias turbias. Historias completas, apenas iniciadas e hinchadas ya como una vieja madera a la intemperie. Historias demasiado oscuras para mí. Su olor, que era el podrido olor de mi casa, me causaba cierta náusea…

¿No os suena familiar?
¿No os huele a podrido?
¿No sentís el olor de la madera hinchada?

Pero al final: nada.

Frente a esta realidad, aparecía la Universidad, el conocimiento, el intercambio de ideas, los amigos. ¡Aire!

Sólo aquellos seres de mi misma generación y de mis mismos gustos podían respaldarme y ampararme contra el mundo fantasmal de las personas maduras.

En esta ambivalencia vivía Andrea, entre la angustia de poder sentirse mejor que todos ellos o quedarse en la nada.

Conmovedoramente actual todo lo que nos cuenta Laforet en apenas nada.

En esta ambivalencia vivimos ahora entre defender el derecho al pensamiento, a la educación, al intercambio cultural (léase Erasmus) o seguirles la corriente, aceptar sus reglas, volver a ser un país pazguato, estancado, empobrecido y cutre. Casi lo consiguen pero en nosotros está que se llegue al otro casi.


Casi, casi, nada.



Un señor de la calle Aribau

jueves, 7 de noviembre de 2013

Quién dijo miedo

Para quien tiene miedo, todo son ruidos. 
Sófocles







A unas semanas tan solo del lanzamiento del proyecto en el que llevamos meses pensando y trabajando (como ya todos sabéis por esta expectación que intento crear ;) y en este último tramo, será por Halloween o por culpa del gobierno, será por los eclipses o por que ha temblado la tierra, pero el caso es que lo que más me preguntan ahora es si tengo  miedo.  Y, francamente, no lo sé. Yo diría que no. 

Debe ser por esta dosis de inconsciencia con la que me dotó la Naturaleza y que me rodea como una película protectora, o tal vez porque las ganas de parirlo y comenzar a alimentarlo son más fuertes que los temores que a veces asaltan.




Yo no sabía cómo se podía materializar el miedo en la vida de alguien hasta que un buen día decidí irme una temporada a Londres con un billete de ida y el dinero justo, dejando aquí estudios, pareja, familia, amigos. Ante esta decisión alguien muy cercano me dijo: “eres la persona más valiente que conozco”. Yo no consideré que eso fuese un acto de valentía, ahora con el tiempo sé que lo fue pero por entonces solo era una opción más de las que tenía por delante y que quise vivir. Simplemente el miedo, si lo había, no era la respuesta. Me sorprendió verlo en los ojos de los demás ante mi decisión.

el miedo es una fuerza que me impide andar

Había llegado un momento de inflexión en el que debía tomar varias decisiones importantes para continuar mi vida, cuando todavía no sabía muy bien quién era yo y qué quería que fuera mi vida. No resultaba fácil saberlo sin poder encontrarme a solas. Algo de esto comentamos cuando hablamos de identidad. El ruido de fuera puede conseguir ahogarte de tal manera que llegue a desdibujarte y te reconozcas a duras penas en tus actos diarios.

Ahora, a un mes (más o menos) de que el proyecto que estamos desarrollando vea la luz y que nos encontramos en un sinvivir, vuelvo a oír de nuevo esas palabras sobre el miedo y el valor, y después de los años que ya han pasado sigo pensando que el miedo, si lo hay, no es la respuesta.

el miedo es la palanca que apagó la vida 

Son días de mucho miedo en general. Vivimos la época del miedo y de la indefensión aprendida. Mucha gente se queda sin trabajo completamente desnortados y los que aún conservan su empleo prefieren no hacer ningún movimiento en falso no vaya a ser que sean los próximos.

Ya nos tienen donde querían.

Nada mejor que insuflar el miedo en la gente para que no alcen la voz y acepten con resignación estoica cualquier cambio que les perjudica tanto si se tiene empleo como si no se tiene, no vaya a ser que en un arrebato la liemos aún más, quién sabe, quizá si no nos revolvemos demasiado todo empiece a mejorar. 

Y mientras los gerifaltes hacen y deshacen en aras del capital y su avaricia.

tienen miedo de decir y miedo de escuchar 

El miedo nos domestica y paraliza. El miedo es lo malo conocido antes que lo bueno por conocer, por malo que sea lo conocido. El miedo no arriesga, no se equivoca. El miedo nos encierra y, a pesar de que solo tenemos una vida que el tiempo pasa y que sabemos que de nada servirá arrepentirnos por no haber actuado a tiempo, le cedemos la partida y la vida. Y de este modo nos equivocamos por temor a equivocarnos.


miedo que da miedo del miedo que da